Ayma en ti
Nos habla la conciencia planetaria superior a la que nos hemos conectado en el momento en que decidimos entrar en el proceso del despertar colectivo.
Ahora estamos finalizando una fase de desprogramación al que voluntariamente, desde la supervisión amorosa de nuestro Yo Soy, estuvimos experimentando en nuestros cuerpos, desde la expresión más sutil de ellos, hasta la forma más densa en la que nos manifestamos.
La conciencia planetaria superior, es una nueva versión de conciencia, es la renovación de la conciencia colectiva a la que nos hemos elevado a través de nuestra voluntad e intención de alinearnos con la fuente y permanecer en la frecuencia de ascensión, la misma que el Planeta Tierra como ser vivo, está realizando y que corresponde al impulso evolutivo activador del nuevo ciclo galáctico.
La creación de esta red de consciencia, activada por todos los seres humanos inmersos en el proceso y conscientes de éste, nos permite conectarnos y ser co-creadores. Hemos sido guiados hacia esta confluencia con la finalidad de expandir y dar acceso a la misma a miles de millares de seres humanos que precisan, por propio proceso evolutivo, reconectarse con su verdadera esencia y entrar en un estado de consciencia superior. La obertura de nuevas redes neuronales, en los cuerpos físicos y en los cuerpos de luz, permite acceder a la percepción de un estado más completo de unicidad.
Relegar actitudes de enfrentamiento, separación y lucha por la supervivencia que vienen de viejos programas instalados en el cerebro límbico; forma parte de la desprogramación que hemos ido realizando durante los últimos años. Ahora entendiendo que los procesos son graduales y que suceden en cada ser de forma paulatina y progresiva, se inicia una fase de reprogramación en la medida en que los antiguos programas dejan de actuar en cada uno.
Ahora estamos activando nuevas conexiones, las cuales van supeditadas al proceso de desprogramación. Esto significa que cuanto antes concluyamos el proceso de desinstalación de los antiguos programas, más pronto se activaran todas las capacidades del nuevo ser humano. Nuevas hebras de ADN se ponen en funcionamiento, esto nos conduce hacia el siguiente eslabón evolutivo de nuestra especie que engloba una fórmula multidimensional. Acontece una revolución en los sistemas perceptivos, asociativos, causales, deductivos, reactivos, sistémicos, transpersonales, intuitivos, y un largo etc., que desemboca en la activación de múltiples inteligencias y el desarrollo de facultades, hasta ahora denominadas extrasensoriales, y que son intrínsecas a la nueva versión del ser humano.
Hay un desbloqueo de la glándula pineal y de todo el sistema endocrino receptor de todos los canales energéticos que nos conectan con el todo. Pero hay que tener cuidado y detectar todo lo que resulta nocivo a nuestro sistema, como por ejemplo, aquellos productos de consumo que resultan tóxicos o dañinos. Tan solo hay que darse cuenta de la cantidad de alergias que se han ido desarrollando en el cuerpo físico de muchos seres humanos en los últimos años. Esto es una alerta clara para la toma de consciencia de la peligrosidad de muchos productos que son consumidos con asiduidad. Muchos de de ellos, atentan contra el sistema endocrino, activan peligrosamente el sistema inmunitario e impulsan la creación de células alteradas. Jamás hay que desatender a las señales, hay que recuperar los hábitos saludables y no exponerse peligrosamente a radiaciones dañinas, productos químicos o manipulados genéticamente. La desprogramación actúa sobre las actitudes mentales y emocionales pero hay que evitar aquellos agentes externos que nos influyen, alejándonos de los campos en los que se manifiestan.
En contrapartida, los cambios vibracionales más elevados tienden a manifestar realidades que omiten los productos antes mencionados y atraen a nuestro alrededor todo aquello que es capaz de producir armonía, vitalidad, perfecta salud, equilibrio y paz interior. Al movernos en la vibración adecuada, atraemos todo aquello que se expresa en la misma vibración y entonces todo lo que se halla a nuestro alrededor se sitúa exactamente en un estado amoroso, armonioso y de respeto por la vida. Ser conscientes de ello es de una grandísima utilidad para obtener el coraje suficiente para poder manifestar en nuestro mundo, pautas correspondientes a planos más elevados de consciencia, con la absoluta seguridad de que no nos estamos andando por las ramas y de que es perfectamente posible para nosotros en el ahora.
La fase de desprogramación se está dando con absoluto éxito en una gran parte de los seres que se han estado preparando para la nueva etapa, hay que llevar a la consciencia todo aquello que limita el completo funcionamiento de la totalidad de capacidades que el ser humano puede adquirir en esta fase evolutiva. Llevar a la consciencia nos permite sanar, desprogramar y permitir la instalación de los nuevos programas.
El desgaste físico que se ha dado en muchos de nosotros merece ahora un nuevo aliento sanador, una renovación de nuestros procesos biológicos. Es posible cancelar antiguos programas que marcan el envejecimiento de nuestras células, enfermedades y debilitamiento energético de nuestro cuerpo físico. Debemos entrar en esta obertura, con nuestra intención y abrirnos al merecimiento de un estado energético y saludable. La conexión directa con nuestro ser y con la conciencia planetaria superior, nos permitirá acceder a los códigos que en su momento estuvieron bloqueados por el espeso velo de la separación, la buena noticia es que ahora podemos reactivarlos con todo su potencial. Hay que estar atentos a las señales, los frutos ya están maduros, su néctar nos subministra la energía renovadora que en estos momentos necesitamos.
Apoyados e infinitamente amados, tomemos consciencia de nuestra maestría y del inmenso poder de transformación que ella contiene.
Namasté
6 de junio del 2014